Eternamente a caballo entre la lágrima y la sonrisa, entre lo bello y lo terrible, en palabras de Rilke, asistimos al relato de los primeros años de Condé, desde su nacimiento en pleno Mardi Gras, con los gritos de su madre confundiéndose con los tambores del carnaval, hasta el primer amor, el primer dolor, el descubrimiento de la propia negritud y de la propia feminidad, la toma de conciencia política, el surgimiento de la vocación literaria, la primera muerte. Estos son los recuerdos de una escritora que, muchos años después, echa la vista atrás y se zambulle en su pasado, buscando hacer las paces consigo misma y con sus orígenes.
He tenido la oportunidad de leer este libro gracias a la caja literaria de Bookish. Como ya os comenté en una ocasión anterior, Bookish es una suscripción mensual en la que recibes un libro y varios complementos, todo ello en un packaging artesano y personalizado. Cada mes tendrás la oportunidad de descubrir nuevos autores y géneros, y eso es precisamente lo que me ha pasado a mí con este libro. Corazón que ríe, corazón que llora es uno de esos tantos libros que podría pasarnos desapercibidos en las librerías, y no seríamos conscientes de la joya que nos estaríamos perdiendo.
Este libro es una colección de memorias de la infancia y la adolescencia de la autora, Maryse Condé. Con un total de diecisiete capítulos, recorreremos con ella los acontecimientos que marcaron su vida. Se tratan temas como la amistad, el amor, la familia, el racismo, la soledad, el feminismo o la muerte. De esta manera, seremos testigos de su transición a la edad adulta, y de cómo Maryse comienza a cuestionar aquellas acciones y pensamientos en los que ha sido educada. La acompañaremos en la búsqueda de su propia identidad, poniendo en tela de juicio aquello que se le ha impuesto y con lo que ha crecido.
En general, todo el libro me ha gustado muchísimo, pero tengo que reconocer que me esperaba algo más. Con esto me refiero a que los capítulos se me han quedado algo cortos, es decir, cada capítulo narra un acontecimiento importante en la vida de la autora, pero son tan breves que apenas te da tiempo a disfrutarlos. He sentido que se le podría haber sacado mucho más partido a las historias que cuenta, pues tratan temas clave muy interesantes.
El estilo de la autora me ha sorprendido enormemente, pues con pocas palabras consigue transportarte a su país natal, a ese pequeño archipiélago caribeño de Guadalupe. Y no sólo eso, además, con su narración, te permite sentir en tus propias carnes esa soledad, esa falta de cariño por ser la menor de ocho hermanos, una hija no esperada que tiene que hacer frente todos los días a la diferencia de edad que la separa de sus hermanos mayores y sus padres. He de reconocer que al terminar el libro tuve la necesidad de saber cómo esa niña tan infeliz, había conseguido ser la mujer que es hoy en día. Para mí ha sido una fuente de inspiración.
Corazón que ríe, corazón que llora es un libro que te abre las puertas a un mundo todavía desconocido para muchos de nosotros. Si quieres una historia que te atrape y te emocione, este libro es para ti.