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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Un hombre con atributos» de David Lodge

Hoy os traemos una de las últimas novedades de Editorial Impedimenta, «Un hombre con atributos» del novelista inglés David Lodge.

Nos encontramos, nada más y nada menos, con la biografía novelada del aclamado y conocido escritor H.G Wells (Bromley; 21 de septiembre de 1866-Londres, 13 de agosto de 1946), autor mayormente conocido en nuestro país por las obras La guerra de los mundos, El hombre invisible o La máquina del tiempo, consideradas con posterioridad como pilares del género de la ciencia-ficción.

Pero no son sus obras las protagonistas de este libro, si no su extensa e intensa vida sexual, la cual finalmente fue recorriendo toda su obra (sobretodo las que son poco o nada conocidas en castellano). Incitado por el impulso de disfrutar de la esencia sexual humana en su plenitud, H.G Wells intentó por todos los medios ser consecuente con su idea de amor libre y consensuado. Izquierdista convencido. De hecho, su primera novela, La máquina del tiempo (1895), trataba fundamentalmente la lucha de clases, forma parte de la la «Sociedad Fabiana», fundada en 1884 en Londres, como un movimiento socialista cuyo propósito era avanzar en la aplicación de los principios del socialismo mediante reformas graduales. Finalmente, siendo sus teorías más radicales que las de sus compañeros. como George Bernard Shaw, en los términos de igualdad sexual o del sufragio igualitario, acabó por distanciarse de este movimiento, el cual derivó en el Partido Laboral de hoy en día.

Su matrimonio con Jane, perenne hasta su muerte en la década de los años 20, con el que compartía sus ideas hasta la última de sus consecuencias (al fin y al cabo ella fue la causante de la ruptura del primer matrimonio de H.G. Wells con su prima Isabel), daría pie a un desfile de personajes femeninos en los que el escritor buscaba el trío perfecto, su «Alma-Sombra», la libertad sin ambages que tanto pregonaba en muchas de sus novelas.

Lodge nos lo presenta ya a las puertas de la muerte, en plena II Guerra Mundial, viendo cumplido el advenimiento de sus temores sobre el desarrollo armamentístico de la potencias mundiales (aviones, bombardeos e Hiroshima, por poner un ejemplo), un hombre descreído, sin tener nada que ofrecer ya al mundo, ni un mundo que lo escuche. A partir de ahí, Lodge nos relata con agilidad, sin caer en en ningún momento en pasajes aburridos o decesos en la intensidad del obra, el devenir emocional de H.G. Wells durante cuatro décadas. Años en las que pasaron mujeres como Amber, Rosamund, Rebecca, Moura…, todas imprescindibles, unas inspiradoras y otras tortuosas.

Los pasajes en donde el propio protagonista se interroga y se cuestiona sus propios actos son de lo más lucido. Al fin y al cabo, ¿fue su ardor por el sexo lo que le llevó a ser liberal o al contrario? Sea como fuere, lo más sensato es que ni una ni otra. viendo su vida pasar por sus ojos ante la muerte, pudieran sustentarse por si mismas sin contar con la antagónica. ¿Una paradoja? ¿Y la civilización no es una contradicción constante? Seguro que esta premisa siempre pervivió como eje central en el modus vivendi de H.G. Wells.

Recomendado para acercarnos a la figura de un escritor que dejó huella, como bien podría corroborar Ursula K. Leguin o Philipe K. Dick. Acercarnos y ser conscientes que detrás de un escritor hay siempre un ser con esperanzas, que, usualmente, condicionan toda su obra. A menos que su amigo y maestro Henry Miller no esté de acuerdo.

Habría que preguntarle.