Llega la primavera, se alargan los días, es el momento de salir de casa, leer en el parque, en una terraza, hasta en el chiringuito de la playa (si no ponen música atronadora, claro está). Las editoriales, como hormiguitas, han pasado los meses de frío trabajando duro para preparar las novedades con las que ahora nos deleitan. Vamos calentando motores para el Día Internacional del Libro, que ya está, prácticamente, a la vuelta de la esquina.
La fruta del borrachero de Ingrid Rojas Contreras
Trad. Guillermo Sánchez
Impedimenta
¿Te gustó Narcos, al serie? A mí también. En La fruta del borrachero volvemos a esa Colombia del reinado de Pablo Escobar, pero aquí no hay narcotraficantes y políticos corruptos, no hay niños sicario, o sí los hay, pero la historia no se centra en ellos sino en otras víctimas: dos niñas de muy distinto origen. Chula —de familia acomodada— y Petrona —su cuidadora, su nanny, solo unos pocos años mayor, que proviene de los barrios más pobres— comparten espacio y amistad en una Bogotá donde la tónica son los coches bomba, los secuestros, el temor siempre presente de que algo terrible te puede suceder, a ti o a los tuyos en cualquier momento. Una bellísima obra autobiográfica en la que la autora, con una prosa elegante y cierto lirismo nos transporta a su niñez, un lugar donde las cosas no son precisamente de color de rosa.