En este libro que brota como la primavera, Penelope nos invita a reflexionar sobre la necesidad y el sentido del jardín en nuestras vidas a través de su experiencia personal y literaria. Ambas pasiones, literatura y jardinería se han hibridado en la vida de esta escritora y nos han regalado una novela apasionada sobre la historia de la relación del ser humano con las flores y plantas que ha ido domesticando en los jardines para su disfrute recreativo y alimentario. La pasión por los jardines de Penelope nació, como nacen todas las grandes pasiones, durante su infancia en El Cairo, donde su padre trabajaba para el Banco Nacional de Egipto y donde ella pasaba las tardes en un jardín cuidadosamente organizado por su madre al estilo inglés, donde la pequeña Penelope alternaba los paseos por este bucólico entorno con los viajes que realizaba al país de las maravillas de Carroll, bajo el seto en el que se tumbaba a leer.
El primer jardín que el ser humano conoció, fue el del Edén y de él, comenta la autora, procede la idea de paraíso y la imagen del jardín como fuente de placer, contemplación y descanso, un lugar de comunión y encuentro con la naturaleza, como lugar de sabiduría, entretenimiento y también de dicha. Penelope considera que fue aquí donde Eva abrió al ser humano la posibilidad de conocer, la curiosidad, el conocimiento libre y autónomo sin tutores. Pero Vida en el jardín es más que un relato apasionado sobre jardinería, es, como lo define la autora «…una novela sin trama…».
A lo largo de sus páginas caminaremos por un entretenido relato que injerta la horticultura con la literatura. Como en jardín primaveral, por sus páginas hallaremos innumerables referencias literarias de autores que han construido su propio jardín, en ocasiones metafórico. El jardín —según Lovely— es una invitación metafórica para que el escritor evoque un estado de ánimo. Entre los artistas, como Monet, el jardín nos muestra la visión personal, la expresión del alma del mismo. En Vida en el jardín descubrimos la tradición de jardinería que, ya sea en pareja o individualmente, han seguido grandes escritores como Virginia y Leonard Woolf, Vita Sackville-West y Harold Nicolson o Elizabeth von Armnim, siempre bajo el encuentro, de un modo u otro, con la felicidad. La autora comenta que los jardines son parte de la psique y que un jardín es una herramienta para lograr la armonía y paz interior, pues al tiempo que las plantas crecen y florecen en nuestro interior nacen nuevas emociones.
Vida en el jardín es un viaje donde la naturaleza, la feminidad y la literatura se entremezclan entre los jardines que han marcado la vida de la autora y que nos invita a vivir nuestra relación con los jardines desde una perspectiva más humanista. Una hermosa lectura, plagada de referencias botánicas que invitan a leer este libro con una libreta y un boli a mano para apuntar las numerosas plantas que menciona y dar rienda suelta al jardinero aficionado que dormita en nosotros. Por suerte, contamos con un práctico índice onomástico de especies, conceptos, categorías, autores y libros de referencia. Un precioso semillero de flores y palabras.