Las novelas sobre relaciones materno-paterno/filiales están de moda… o al menos tengo la impresión de encontrarme con varias que ahondan sobre los sentimientos que se producen en ese marco de relación familiar. Lo bueno de esta novela de Tatiana Ţîbuleac es que el contexto es radicalmente distinto al de una sociedad occidental: Moldavia parece en las antípodas de Occidente y por ello se puede disfrutar de una manera de reflejarlo, al menos, con elementos que no nos parezcan ordinarios. Una gran forma de conocer a una autora nueva.
Mariano Hortal