2 de 6 / Penelope Lively. Vida en el jardín (Impedimenta)
En 1986 se hizo público que Carlos de Inglaterra hablaba sus árboles y plantas y que, según defendía, le respondían. A pesar de que muchos intentaron ridiculizarle, en 2009, la Real Sociedad de Horticultura puso a prueba la teoría del príncipe y procedió a leer a tomateras obras ilustres de la literatura británica (con auriculares y .mp3 conectados en las raíces). Las que fueron sometidas a lectura crecieron mejor que las que lo hicieron en silencio. De esto, y de muchos jardines literarios más –desde el de Virginia Woolf al cortacésped del poeta Philip Larking–, va este exquisito tomo donde Lively traza conexiones entre su genealogía jardinera y el arte de escribir. Para quién: Asesinos de plantas por excesos de cuidados o apatía, compañeros de andanzas en el arte de la conversación hortícola y amantes de las biografías literarias.
NOELIA RAMÍREZ