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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El pasado lunes 16 de septiembre de 2019 se celebró la presentación de Un plan sangriento con su autor, Graeme Macrae Burnet, en la librería Cervantes y Cía. de Madrid. La primera parte del texto que van a leer consiste en una transcripción libre de una serie de cuestiones que se discutieron durante dicha presentación, junto con las respuestas del autor, y la segunda se trata de una entrevista en exclusiva para los lectores de Total Noir, por lo cual le quedamos muy agradecidos.

I. PRESENTACIÓN DE UN PLAN SANGRIENTO.

Tras agradecer la presencia del público, Burnet se reconoce encantado con la edición de su libro en español pues, para nuestro autor, el que un libro viaje por el mundo es estupendo.

El mal y su origen: ¿Trata su novela del mal, o del origen del mal?

Mi novela no pretende tratar sobre el mal ni su origen. En mi forma de entender la creación de una novela, lo que menos me interesa es el tema. Lo que más me preocupa son los personajes y los lugares, a medida que voy hablando de ellos surge el tema.

Los personajes y el lugar crean la novela, no el tema. Mi idea no es forzar el tema. Lo que pretendo es que el lector, a medida que se desarrolla la narración, vaya sacando sus conclusiones. Para mí el tema queda abierto, y es cada uno de los lectores quien decide el tema de la novela.

La estructura de Un plan sangriento: ¿Qué informa la particular estructura de su novela?

La historia y la estructura de la novela surgieron hace 30 años, cuando era estudiante en Glasgow, y cayó en mis manos la historia de un campesino francés, Pierre Rivière, que asesinó a toda su familia. Era la crónica real de un crimen. Era un chico joven que en 1835 asesina a toda su familia y el libro es el relato que hace el asesino de ese crimen real.

Lo que más me impresionó de esa lectura, que ha dejado huella en mí hasta hoy, es el tremendo contraste entre la violencia desatada, pues fue un crimen muy sangriento, ya que este joven asesinó a todos los miembros de su familia a golpes de hoz, y la frialdad con la que lleva a cabo su confesión. Además, el libro, editado por Michel Foucault, incluía documentos referidos a testimonios de testigos, e incluso algún informe médico y psicológico sobre el asesino, que no dejaba de ser un muchacho. (El libro al que se refiere Burnet se publicó en España como Yo, Pierre Rivière).

Quiero hacer hincapié en el hecho de que, en mi novela, no solo aparece el testimonio, confesión o memorándum de Roderick Macrae, el asesino confeso, sino también incluye testimonios o declaraciones de testigos del pueblo y de la familia, pequeños artículos periodísticos, y las declaraciones de varios psiquiatras. A partir de todas esas “verdades” de diversos personajes, el lector debe extraer su propia verdad. Con esta estructura abierta, el lector se ha de convertir en el detective, y de esta forma el libro no propone un final definido y una solución cerrada, por lo que en ningún momento te dicen lo que pasó, sino que, a partir de los distintos puntos de vista, y de los diversos testimonios, tú tienes que crear tu propia verdad. Así, cuando vayas a dormir, no te vas con el enigma resuelto, sino que tendrás que seguir dándole vueltas, para decidir qué crees tú que ha sucedido de verdad. Porque en el libro no lo dice. Tú tendrás que hacer tu propia investigación.

Para poder situar bien la acción y los personajes en el siglo XIX en Escocia, tuve que hacer bastante investigación sobre aquella época. Porque lo único que tenía claro desde el principio, era que uno de los personajes iba a llevar a cabo una serie de asesinatos. De ahí que elija a un joven, hijo de un aparcero, de un hombre que alquila la tierra a un terrateniente. Hay otro personaje, al que mata, el alguacil del lugar, quien según cuenta Roddy les hace la vida imposible, les persigue, fastidiando mucho a su padre y a su familia. Todos estos hechos que se relatan podían ser reales en Escocia en esa época.

El personaje de Roderick Macrae y el papel del ambiente social en el caso: ¿Es Roddy un asesino o la víctima de una sociedad humilde, miserable y opresora?

A mí eso—si Roddy es víctima o asesino—no me importa. Lo que quiero es que sea el lector, con las pruebas y testimonios en la mano, quien decida por sí mismo. Yo tengo mi propia opinión, pero me la guardo para mí. Lo que intento transmitir es que cada cual crea o construye su verdad, no existe una verdad absoluta. Esto pone en el mismo plano al autor y al lector. En cuanto a las fuentes históricas, de lo que disponemos es de diversos testimonios, con diferentes puntos de vista. Lo que hay que hacer es montar como quieras, o como buenamente puedas, un puzzle con muy diversas piezas.

En una novela de Maigret hay un delincuente que le pide opinión al famoso comisario parisino, y él le responde que él no juzga, sino que intenta comprender. En esta línea, cuando en la novela escribo la confesión de Roddy Macrae, intento meterme en la piel del personaje, sin estar ni quedar por encima de él, yo no quiero escribir como narrador omnisciente. Yo, como autor, no juzgo, solo intento contar la historia desde el punto de vista de Roddy.

Sobre el proceso de creación literaria: ¿Podría hablarnos del proceso de composición de Un plan sangriento?

Es un camino en el que vas avanzando, pero de vez en cuando tienes que retroceder, cambiar, eliminar, para poder desarrollar a los personajes y situaciones que quieres narrar.

Se le señala al autor que casi la mitad de la novela está compuesta por presuntos documentos oficiales: varios testimonios de testigos, artículos periodísticos, informes médico-psiquiátricos y actas de juicios. A continuación, se apunta que el período en el que transcurre la acción, el año 1869, prácticamente coincide con la creación de Scotland Yard y, pocos años después, Conan Doyle dará a luz a su Sherlock Holmes, un detective ya más científico.

La Escocia de aquellos años y Glasgow, en particular, era una zona llena de erudición y cultura, al nivel del resto de Europa. Pero las Highlands, al norte, eran una zona mucho más atrasada, en la que se vivía como 200 años atrás. Si uno lee novelas francesas de mediados del XIX se percibe una sociedad bastante más civilizada. Por ejemplo, un policía tardaba dos días en acceder a esos pueblos perdidos en el norte de Escocia.

Lo que sí es moderno es el planteamiento de que a un delincuente se le pueda considerar como un loco. Incluso la antropología forense de la época puede ser considerada como racista desde nuestros planteamientos actuales. Era una antropología que buscaba el origen del delito en ciertos defectos físicos. Aún así, podríamos decir que, de alguna manera, supuso un pequeño paso hacia lo científico, pues se salía de la tradición de entender la delincuencia o el comportamiento criminal, como una especie de lucha entre el bien y el mal, o la comprensión del comportamiento de un delincuente como resultado de una posesión demoníaca.

En esta misma época había un erudito, llamado James Thomson, que escribió un par de tratados sobre psicología criminal. Para mí introducir en la novela a Thomson como personaje fue fascinante, pues es un cabrón (risas del público), ya que es requerido por el abogado de Roddy para que le haga un examen psiquiátrico. Thomson escribió dos artículos. Uno sobre psicología criminal, bastante moderno, pero también escribió otro sobre el papel de la herencia en la psicología criminal, en el que afirma que estos criminales por herencia no son responsables, pues nacen ya criminales, su propio entorno los lleva a ello, no lo pueden evitar.

Todo esto surge en un momento tras la publicación de las tesis de Charles Darwin sobre la evolución de las especies. Los evolucionistas consideraban que la evolución nos llevaba a ser cada vez mejores. Pero hay otras corrientes de pensamiento que mantienen que hay individuos que evolucionan a peor, cada vez más salvajes y criminales.

La introducción de este psiquiatra en la novela abre la idea de si Roddy está loco o no. El enfrentamiento entre este psiquiatra de la defensa, que mantiene la tesis de que Roddy está loco, por lo que es irresponsable de sus actos, y del psiquiatra propuesto por la acusación, quien, por el contrario, defiende la tesis de que Roddy es un ser malvado, totalmente consciente de sus crímenes, abre otro espacio para que el lector decida entre diversas opciones.

La estructura social y su influencia en la trama de Un plan sangriento: ¿Cuál es la naturaleza de la estricta jerarquía social del siglo XIX en las Highlands y en qué medida influye sobre el desarrollo de la trama en esta novela?

La Escocia de aquellos tiempos se regía por una férrea ideología calvinista de la Iglesia de Escocia, la cual propugnaba una enseñanza sobre el campesinado y las clases populares, que planteaba que los pobres tenían que resignarse ante el sufrimiento por su condición, que les venía impuesto por su nacimiento. En definitiva, que, si nacías entre los pobres, te tocaba aguantarte. No había una conciencia de rebelión contra este hecho. Frente a esta resignación, Flora, uno de los personajes femeninos de mi novela, es como más práctica. Ella viene a decir que si trabajas con el rico, si colaboras con él, comes, si te enfrentas a él, no.

Roddy, sin embargo, intenta luchar contra esta situación, pues pretende incluso huir del pueblo, y llega a encaminarse al pueblo vecino, pero, al subir el puerto, hay algo que le atrae hacia su pueblo y regresa. Pero no es una rebelión pensada contra la estructura opresiva, sino un mero afán de huir de lo que le agobia y maltrata.

El público y la sangre: ¿Cree que existe un interés general por la narrativa de temática sangrienta?

Es un fenómeno que no se puede negar, ese interés malsano por lo sangriento y la violencia. Estuve trabajando un tiempo en una librería y llevaba la sección de ficción criminal. Es una experiencia bien curiosa que la mayoría de los compradores de libros de true crime, o sobre crímenes reales fueran mujeres. En los podcasts sobre el tema, la mayoría de los participantes son mujeres. Este hecho no hay que tomárselo a broma, pues la mayoría de los crímenes que aparecen en estos libros son violencia casi pornográfica cuyas víctimas son mujeres. También hay un componente de voyeurismo en la curiosidad por ver aquello prohibido, lo que no te dejan ver o lo que suele estar oculto.

La localización y ambientación de Un plan sangriento: Emplea usted un gran lujo de detalles para describir los lugares en los que transcurre la trama. ¿De dónde procede esta precisión geográfica?

Mi madre nació en las Highlands, en un pueblo a treinta kilómetros de Culduie, donde transcurre la acción, de ahí que conozca bien la zona. Elegí ese pueblo pues está muy aislado. Por ejemplo, la carretera que lleva hasta allí acaba en ese lugar, no va a más lugares. Siempre fantaseé con Roddy yendo de un extremo al otro del pueblo, como en Solo ante el peligro, yendo y viniendo en un pueblo casi fantasmal.

El pueblo existe, un tanto retirado, y la última casa del pueblo la llaman la casa de los asesinados. Conocí a un hombre mayor que vive en esta casa de los asesinados, hablé con él, y le pregunté qué le parecía el retrato que hacía del pueblo y los sucesos acaecidos. Y, pese a su proverbial inexpresividad, vino a decir algo así como que no estaba mal, que, traducido del habla de la zona, es una expresión de felicidad máxima … (carcajada general).

II. ENTREVISTA CON GRAEME MACRAE BURNET.

Total Noir: Usted ofrece a sus lectores la posibilidad de no leer el «Prólogo» y pasar directamente a los documentos del caso Macrae. ¿De qué manera cree que aceptar esta propuesta afectaría la legibilidad o la interpretación de Un plan sangriento?

Graeme Macrae Burnet: No suelo poner introducciones en mis libros, pero en el caso de este, sería una pena que el lector no leyera el prólogo, en el que aparecen muy interesantes personajes y situaciones. Además, creo que es una de las mejores partes de la novela, y es de las que más me gustan. Y, por supuesto, al principio de la lectura ….

TN: Nos han divertido las amplias discrepancias en los testimonios de los vecinos acerca de la personalidad de Roddy. ¿Qué inspiró esta sección de su novela?

GMB: Por una parte, me baso en las memorias que antes cité de Pierre Rivière con la descripción de sus asesinatos. Por otra, reuní material en los archivos nacionales de Escocia, donde reuní material de testimonios de la época, en el que se narra cómo se describen las personas las unas a las otras en diversos juicios, las formas en que nombran las acciones de los demás. Estos testimonios me ofrecieron un material muy rico para mi novela.

TN: Según Roddy, su historia comienza con la muerte de la madre de los Macrae. En su novela, las mujeres albergan grandes esperanzas—ciertas mujeres, al menos—, sin embargo, nos ha parecido que ellas tienen poca agencia sobre lo que les ocurre y sobre su entorno. ¿Cómo describiría a las mujeres en el contexto de esta novela?

GMB: Es una pregunta muy interesante. El punto de vista es masculino. Algunos lectores me han planteado qué ocurriría si lo hubiera hecho desde el punto de vista de la hermana de Roddy, Jetta, seguramente sería una historia muy distinta, pues el mundo interior, o la manera de ver el mundo, de la hermana o la madre son muy distintos a los de Roddy. Lo que quería plasmar es el distinto rol de las mujeres de aquel momento. Quería describir cómo era la vida de las mujeres en aquel mundo concreto, en esa determinada época, una situación donde sus esperanzas y expectativas sociales eran muy distintas de las de los varones.

Cuando me plantearon que reescribiera la novela según el punto de vista de la hermana de Roddy, pensé que resultaría una historia muy, muy distinta, pues tanto por la personalidad de la hermana, como por la situación de las mujeres, hubiera surgido una historia bien distinta.

TN: Hay una escena muy divertida en el manuscrito de Roddy, en la que los habitantes apoyan al antiguo factor contribuyendo directamente el dinero de las multas y, para justificar dichas sanciones, deciden inventar infracciones extravagantes. ¿De qué manera casa el tono jocoso de esta escena con el aire lúgubre que permea el resto del relato?

GMB: Me gusta que os hayáis fijado en esta escena, que tiene un cierto tinte jocoso. El tono general de la novela es más bien oscuro, y pensé que en una historia tan sombría era necesario introducir alguna parte divertida, que le diera luz a la narración. Así, por ejemplo, la escena de la cebolla, la del pájaro, o la que habéis señalado vosotros. En esa escena quería reflejar con cierta sorna la situación de los campesinos, quienes estaban sometidos a una realidad muy dura, y que operan una divertida forma de rebeldía. También hay un punto de comedia en la relación de Roddy con su amigo. Me pareció importante mantener algo de comedia en una historia tan dura.

TN: Un plan sangriento se ha relacionado en España con grandes obras de nuestro canon, especialmente con el Pascual Duarte. ¿Qué opina de esta comparación?

GMB: No he tenido la ocasión de leer La familia de Pascual Duarte. En Escocia, algunos críticos han visto relaciones entre mi novela y algunas obras de la tradición escocesa, que yo no conocía. Es fantástico cómo los lectores establecen relaciones entre mi novela y otras que yo desconocía. Me es difícil acceder a la literatura española, pero, por lo que me han comentado, me parece muy interesante esa obra de la literatura española, y me interesa mucho poder leerla.

TN: ¿Cuál es la diferencia, en su opinión, entre un falso true crime y uno basado en hechos reales, aparte de las posibles complicaciones legales?

GMB: Lo más importante es tener claro que esta obra es una novela, un producto de ficción. Me encantaría escribir un libro basado en hechos reales, pero de momento lo que he hecho es ficción. De todas formas, lo que más me interesa es poder profundizar en la vida de personajes y en relatar situaciones, más que si son reales o no. Ha habido quien ha comparado mi novela con A sangre fría, de Truman Capote, pero pienso que son dos cosas muy distintas. La novela de Capote propone una novelización de un hecho real, mientras que mi libro cuenta, como si fuera real, un hecho de ficción.

TN: Puesto que ha continuado escribiendo ficción criminal y, de hecho, ya ha publicado dos novelas en ese género, que forman parte de una serie—novelas cuya traducción al español esperamos impacientes, dicho sea de paso—, ¿debemos asumir que le interesa más la narración de lo criminal que el andamiaje de la metaficción que tanta relevancia adquiere en Un plan sangriento?

GMB: Las dos novelas que me citáis están más dentro de un mundo creativo más estándar, más al uso. El único juego que me permito es el de decir que soy el traductor de un presunto autor original. Para la narrativa, lo que considero es que todos son sucesos, lo que me interesa es cómo marca ese suceso a los personajes, y cómo llega a transformarles.

TN: Hemos sabido que ejercía como profesor de literatura. ¿Cómo enseñaría Un plan sangriento a sus alumnos?

GMB: Siento decirles que esa afirmación no es real. Ha debido ser una fake news, un error o una mala traducción, pero nunca he dado clase de literatura. Como mucho, he dado clase de inglés para extranjeros. Pero, si tuviera que dar una clase sobre el libro de Roddy, lo haría organizando una discusión sobre el tema, más que dar una clase magistral sobre lo que pretende ser el libro. Pues lo importante es hacerse preguntas sobre el mismo, y discutir, más que dar un sentido o un significado cerrado sobre la historia de Roddy.

Queremos reiterar nuestro agradecimiento a Graeme Macrae Burnet, por la simpatía que derrochó con nosotros y la atención que mostró ante las preguntas requeridas. De igual forma, queremos expresar nuestro agradecimiento al equipo de la editorial Impedimenta, especialmente a su jefa de prensa, Julia García, y al editor, Enrique Redel, por las facilidades que nos han ofrecido para la realización de esta entrevista.

Transcripción y redacción: José María Sánchez Pardo. Fotografía: Miguel Ángel Vega Calle. Entrevista: José María Sánchez Pardo, M.M.