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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Leer más de Wharton era uno de mis muchos propósitos lectores para este año, pues desde que leí La edad de la inocencia no tenía del todo claro si Wharton iba a ser una de esas autoras a las que seguiría incondicionalmente o no, osea, si la convertiría en uno de mis imprescindibles. Y la verdad es que con La solterona me ha conquistado totalmente.

La solterona es, a mi parecer, una novela increíblemente femenina y feminista pero apta para cualquier tipo de lector. Lo que la hace femenina son sus protagonistas, pero también las circunstancias que les obliga a vivir juntas y es que todo empieza cuando Charlotte le confiesa a su prima Delia que no puede casarse porque ha tenido una hija con otro hombre en secreto y, aunque nadie lo sabe y en teoría la boda podría celebrarse, lo cierto es que ella se ve incapaz de estar alejada de su hija. Ante este secreto Delia actúa como buena prima y esposa de clase alta que es y logra que su prima viva en secreto con su hija, primero en una casita en el campo, y luego con ella en su casa. Todos los protagonistas principales, los problemas que suceden, los secretos, los diálogos, todo gira en torno a estas tres mujeres: la viuda, la solterona y la hija secreta. Es más, todos los hechos ocurren en el ámbito doméstico, en el dominio de la mujer casada.

¿Y dónde está el feminismo en esta novela? En el problema de Charlotte y la forma en el que éste soluciona de la mano de Delia, pues Edith plantea la gran pregunta de ¿qué ocurre a la mujer cuando pierde su honor? ¿Cuál es su destino? Y hay una frase en la novela que lo dice todo: La tolerancia social no trataba de la misma forma a las mujeres que a los hombres, y ni Delia ni Charlotte se habían preguntado jamás por qué: como todas las jóvenes de su clase, simplemente se inclinaban ante lo ineluctable. Y Delia, de alguna manera, actúa como esa sociedad que no trataba de la misma forma a las mujeres, porque Delia no es una cómplice sino la ejecutora del castigo. Edith no proporciona a Charlotte una aliada, al menos yo no la veo como una aliada, cuando la obliga a renunciar a su matrimonio y a vivir como una solterona (uno de los peores destinos para una mujer, tal y como puede entenderse en la novela) con su hija, pero sin reconocer que lo es. He aquí que Edith hace hincapié en dos cosas: por un lado, crítica la doble moral de la sociedad al tolerar los pecados de los hombres y castigar el de las mujeres, pero también critica la actitud de las mujeres que no sólo aceptan esta imposición, sino que también actúan de aliadas tal y como Delia lo hace en esta novela corta. Charlotte sufre un castigo inmenso, es forzada a vivir como soltera pues el honor perdido le impide casarse y, además, debe guardar secreto de su maternidad pues su pecado puede afectar, además, al destino de su propia hija.

Con independencia de lo femenino y lo feminista de esta novela corta, la narración es absolutamente brillante. Wharton construye una historia que atrapa al lector desde el primer momento y crea a dos personajes femeninos que de alguna manera se complementan y todo ello desarrollado en el ambiente doméstico, pues todo ocurre en casa. Si hay algo que me ha gustado en esta historia son los diálogos entre Delia y Charlotte, particularmente ese en el que discuten sobre el futuro de la joven Tina y cómo el pecado de la madre puede afectarle de alguna manera. No es muy difícil imaginar esta escena, pese a que Wharton no es muy descriptiva. El diálogo lo es todo, e incluso los silencios dicen mucho. Creo que es una historia que podría adaptarse fácilmente como obra de teatro, porque tiene mucho de eso, especialmente en este diálogo. Y, lo que me resulta más curioso, es que a lo largo de la historia vas entendiendo a las dos protagonistas, pese a que todo se narra más bien desde la perspectiva de Delia. Creo que tanto Delia como Charlotte tienen sus razones para actuar cómo lo hacen y el lector se va poniendo de parte de una u otra dependiendo de las circunstancias, si bien es Charlotte la que se gana la lástima del lector.

En definitiva, una novela corta absolutamente brillante que ha logrado que siga queriendo leer más cosas de Wharton y me pregunto si es en la novela corta donde esta autora brilla más ¿Qué me recomendarías leer después de esta novela?