Cuando se acerca la Navidad no puedo evitar pensar en Fahrenheit 451, porque cada año creo que estamos más cerca de ese futuro de pesadilla que nos mostró Ray Bradbury. Aunque hoy en día la lectura no esté prohibida, ha sido relegada a un segundo plano. Como en la novela, el poder potencial máximo lo ostenta lo audiovisual, sobre todo la televisión y los vídeos que rulan por internet, que ofrecen contenidos hipnóticos, superficiales y muy escapistas. Fahrenheit 451 fue escrita en 1953, pero ya advierte de los peligros de una civilización dominada por la imagen. Parece una premonición. ¿Se leen libros? No los suficientes y así nos va, nos cuelan fake news por todos lados. Leer un libro supone un ejercicio mental en el que el cerebro participa de forma activa, ordenando ideas, relacionando conceptos y provocando reacciones y opiniones. Incrementa la capacidad de concentración, análisis e interpretación del texto, y eso nos hace menos manipulables, más autocríticos y mucho más sabios. Pero es que leer es además un regalo, es un entretenimiento que nos permite zambullirnos en otras vidas, viajar a lugares remotos y visitar épocas pasadas, futuras, mundos de fantasía. Tal vez estés pensando en regalar una suscripción anual a Netflix, Filmin, HBO o Movistar, pero sé más original, y de paso ahórrate una pasta: regala un libro. Hay uno para cada persona.
Para los morbosos que disfrutan con historias de asesinos reales
Damas asesinas
Tori Telfer
Siempre se habla de asesinos en serie, Jack el Destripador, el carnicero de Milwaukee, el estrangulador de Boston. Aunque el asesinato no es precisamente algo de lo que estar orgulloso, esta vez le llega el turno a las damas. Tori nos cuenta la azarosa vida de 14 asesinas en serie, desde la sádica y sangrienta condesa Erzsébet Báthory a la bella rebanadora de pescuezos Kate Bender; todas ellas mujeres que, además de tremendas, tuvieron vidas muy ajetreadas. Telfer con un lenguaje claro y una prosa ágil nos habla de asesinatos poco conocidos y hace hincapié en la manera sexista en la que la sociedad retrata a las mujeres asesinas, de una forma un tanto binaria, o son femmes fatales o son brujas.
Rosa Martí