Este diario es en realidad un libro de relatos, en el que David B. reflexiona sobre la muerte, habla con sus propios fantasmas, o con los de los demás que hace suyos. No le interesan los grandes monumentos, de su viaje a Venecia le atraen los gatos y el inframundo. Su periplo no es sino una odisea entre onírica y alucinante en la que acompañamos al autor a las profundidades de su universo interior. Vemos el mundo a través de sus ojos. La increíble historia de una mujer atacada que acaba viviendo con los ancianos que la hallaron y cuyo relato se podría escenificar en las cuatro estaciones de un año. La historia más fascinante es la de un policía retirado de Hong Kong, en la que, rastreando una serie de asesinatos mafiosos, se topa con fantasmas, similares a los que siempre han perseguido a David B, aquellos que, como él mismo confesaba en La Extensión del gran mal, «te visitan desde la infancia».