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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

¿Recomiendo este libro? Si se está buscando un ensayo ligero sin complicaciones, adelante. Es una lectura deliciosa, fácil de seguir que además abre la puerta a conocer más autores interesantes y que hace crecer las ganas de cultivar lo que sea. De hecho, he atendido muchísimo mi maceta de pensamientos enanos durante el tiempo que he estado leyéndolo. Tiene ciertos toques de filosofía sencilla que no rebusca en ningún gatillo doloroso de nuestro espíritu. Un ejemplo: “Un jardín nunca es solo ahora, sugiere el ayer y el mañana; no permite que el tiempo siga su curso inexorable”. Eso sí, hay que tener el móvil a mano y encomendarse al buscador de imágenes con cierta frecuencia, porque nosotros no conocemos, ni muchísimo menos, tantos nombres de flores como Penelope Lively.

También se lo recomiendo a otro prototipo de lector: el ex anglófilo en rehabilitación, como yo. Libros como este, poblados solo de glamour, clases altas, mansiones con jardinero y referencias a novelas de más glamour, más clases altas y más mansiones con jardinero ayudan mucho a evadirse de lo que nos ha hecho replantearnos nuestro amor por lo británico. Nunca volveremos a amar el concepto de Inglaterra como solíamos hacer, pero este ensayo es una buena metadona para nuestra adicción.