El protagonista, se desarrolla en un ambiente, gris, húmedo y mugriento. En la primera parte se alternan una víspera de Navidad en la que Machin pierde nada menos que seis dientes, con las jornadas que desembocaron en su contratación por el club. La segunda parte es más lineal y termina con el único pasaje en el que el autor se permite realmente hablar rugby. Es en medio del partido, cuando un Machin envejecido y harto se cuestiona su vida, no solo la deportiva, esos diez años de violencia y lodo.
El propio autor tiene una vida de novela. Storey hijo de un minero de Yorkshire y fue miembro del Leeds RLFC durante en los años 50 para pagar su formación universitaria. Él mejor que nadie puede hablar de la mugre en el campo y del juego de salón en los despachos y en las celebraciones de las victorias. Del ambiente en el vestuario y de las trampas en la hierba.