cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Cada novela merece una lectura dentro de su contexto. Las de Stanislaw Lem (Ucrania, 1921 – Polonia, 2006) sobre todo. Porque el contexto al que nos debemos referir es bastante más complejo de lo habitual, ya que la reflexión de Lem es sumamente profunda y exigente: baste leer La voz del amo (Impedimenta, 2017), novela de 1968, para identificar distintos niveles de reflexión, una voz narradora más próxima (en numerosas ocasiones) al discurso expositivo que al narrativo y, por tanto, una trama central y unos hilos argumentales totalmente vinculados a estas reflexiones. Nos encontramos así ante una no-novela o, quizás, ante una especie extraordinaria de híbrido metaliterario donde la ficción es el escenario de un auditorio distinto al narrativo o, por lo menos, más próximo al expositivo de ideas y al explicativo de argumentos.

Esta forma de hacer las cosas no es rara en Lem. De hecho, una de sus obras magnas, Summa Technologiae (1964), previa a ésta, fue una compilación de ensayos breves de tipo filosófico-técnico donde muchos de los temas desarrollados aquí aparecen ya contemplados. Y, en una mirada al futuro, este mix ficción-ensayo aparecerá también en otras obras posteriores, bastante mejor equilibradas y desarrolladas que en La voz del amo, como aquellas que componen la conocida como Biblioteca del Siglo XXI (especialmente en Golem XIV, 1981), en cuanto a que comparten una notable similitud estructural, discursiva y temática. El protagonista de la novela es un sobresaliente científico de su época, Peter Hogarth, que nos expone a modo de informe de investigación su participación en el proyecto científico “La voz del amo”: será el responsable de traducir un mensaje complejo supuestamente recibido desde una distante e ignota civilización alienígena.