«Se prohibió la representación de todas las comedias y entremeses (…). Se cerraron y suprimieron las mesas de juego, salas de baile y salones de música, que eran cada vez más numerosos, y que comenzaban a corromper las costumbres del pueblo. Y los bufones, payasos, funciones de títeres, volatineros y atracciones similares que embrujaban a la pobre gente común, hubieron de cerrar sus ferias al no prosperar sus negocios».
Este es un fragmento de Diario del año de la peste(Impedimenta), de Daniel Defoe, que recoge el pánico que asoló Londres en 1664 y 1665. Entonces, el escritor apenas tenía cinco años pero el libro, publicado en 1722, muestra con crudeza y espanto cómo los estragos y el miedo al contagio de la enfermedad hicieron mella en la población y provocaron suicidios, asesinatos, huidas y robos.