El libro de la semana
“Un libro verdadero seleccionaba siempre un solo lector, al igual que un mundo verdadero salvaba una sola alma y un óvulo verdadero elegía un solo espermatozoide”, escribe Mircea Cărtărescu en El cuerpo, la segunda parte de su trilogía Cegador. Bueno, parece que son muchos más los lectores que están eligiendo al autor rumano, que desde Solenoide lleva una tacada de obras maestras. La combinación de lo onírico con el recuerdo personal –el registro más poético y barroco junto a lo más narrativo– eleva un libro de memorias hacia lo puramente literario. Como en los cuadros de Monsù Desiderio –un pintor de ruinas del siglo XVII al que menciona constantemente Cărtărescu–, en su literatura todo parece a punto de derrumbarse pero continúa inexplicablemente en pie. Al volver a Cărtărescu hemos vuelto a experimentar esa sensación de que te han invitado a una fiesta donde no conoces a nadie pero en la que te lo pasas genial.