Thomas Tryon era un actor en Hollywood en los años setenta cuando abandonó la interpretación para empezar a escribir. Enseguida publicó “El otro” y llamó la atención en los círculos literarios por el terror tan implícito que mostró en el libro. Siniestro y llamativo. Enseguida, Robert Mulligan lo llevó a las pantallas. No he visto aún la película así que no puedo juzgar pero sin duda el libro es muy cinematográfico si escoges a los actores adecuado.
Este libro de terror influyó en varios autores coetáneos a Tryon. Principalmente se habla de Stephen King, y no es raro ver la mano de estas lecturas en las posteriores obras del autor, tanto por la zona geográfica donde transcurre la acción, la tranquila Nueva Inglaterra, como en ese tipo de inquietud latente durante toda la ficción.
La novela nos muestra a la familia Perry, en el verano en el que se produce la muerte del patriarca. Esta muerte reúne a varios familiares alrededor pero se siguen sucediendo las tragecias. Alrededor de todas ellas están los gemelos Hollan y Niles. Unos niños con una terrorífica telepatía, enseñada por su abuela que a la vez es la que consigue ver más claras las acciones de ambos niños. Opuestos pero atraídos el uno por el otro, Holland es el típico niño macabro, cruel, mientras que Niles es complaciente y dulce. No quiero contar mucho de la trama pero primero ahonda bastante en la relación entre ambos antes de que sucedan las escenas más peliagudas.
El otro, Thomas Tryon (Impedimenta)
No os recomiendo que leáis este libro demasiado solos en casa. Pero tampoco que sólo ronde alrededor vuestro un niño aburrido. ¿Por qué darán tanto miedo los niños siniestros? Ni idea, pero esta inquietante novela acabará con nuestras ansias de terror.