En estos días la casa se ha convertido en lugar de trabajo, gimnasio, parque y restaurante favorito, pero sobre todo, para aquellos que son padres y madres, en un colegio o guardería. Por eso, porque la educación no puede frenarse, en «Cómo se hace un bebé» (Impedimenta) encontrará un aliado para afrontar el tema de la procreación, pero sin tabúes, con atino y humor.
Así es como lo cuenta su autora, Anna Fiske, siguiendo una máxima, según explica a Efe: «Cuando no llamamos a las cosas por su nombre tendemos a caer en tecnicismos y a usar palabras demasiado complicadas para los niños, que, además, se pueden aburrir».
Porque explicarle a nuestros hijos cómo llegaron a este mundo, es lo mismo, según sus palabras, que cuando les explicamos la muerte. «Tenemos que contarles lo que es de una manera sencilla y clara. Aunque nos parezca demasiado directo, en realidad les estamos haciendo un favor. Si les decimos que los muertos están dormidos o se han ido alguna parte, lo único que conseguimos es confundirles».
De la misma manera sucede cuando hablamos que para que ellos nacieran antes tuvo que haber sexo: «Si a los niños les contamos que vienen de una semillita que papá siembra dentro de mamá, lo único que conseguimos es que se hagan ideas raras».
Una tarea difícil y ardua de llevar a cabo, la de explicarlo, para la que Fiske ha necesitado recopilar mucha información, y descartar otra tanta, como la de cómo se gestan los gemelos.
«Quería que la información fuera correcta y que el libro resultara fácil de entender -explica- El humor es una buena herramienta para aligerar el contenido, pero hay que usarlo con cuidado y con respeto, sin pasarse».
Tal y como lo hace a través de páginas con dibujos como el de millones de espermatozoides acudiendo a la llamada de un óvulo y un texto que explica: «Cuando una mamá y un papá se acuestan y el pene esta dentro de la vagina, millones de espermatozoides salen del pene y nadan hacia el óvulo, que sale del ovario de la mujer. Y a partir de ahí se puede formar un bebé».
Algo sencillo de contar, a priori, pero ante los que muchos papás y mamás se paralizan, otros obvian y otros se lanzan a explicarlo de una manera «muy técnica y muy aburrida».
«Es una pregunta que sabemos que nos van a hacer -cuenta- pero cuando nos la hacen no nos sentimos preparados para responder y nos olvidamos de hablar de algo importante, del calor, del amor. Olvidamos decirles a los niños que, la mayor parte de las veces, los bebés vienen de ahí. Y que los adultos tienen relaciones sexuales porque les gusta, no solo para tener hijos».
Pero no se crean que Fiske lo hizo bien cuando le llegó el momento de enfrentarse a esta pregunta. «Creo que fui al grano y que se lo conté de una forma muy técnica, que les hablé de los óvulos y todo eso. También recuerdo que mi hija llegó un día llorando del colegio y me contó que un compañero le había dicho ‘tus padres follan'».
Un verbo que su hija desconocía por lo que se imaginó que «sería algo terrible».
«Le dije que también se llamaba hacer el amor y que es algo bonito que hacen los adultos porque se quieren», reaccionó la autora ante su pequeña.
Otra de las virtudes de «¿Cómo se hace un bebé?» es que Fiske no solo habla de la gestación como algo restringido a una pareja heterosexual, sino que les cuenta con naturalidad de que existen parejas de un mismo sexo y, sobre todo, les manda un mensaje: «Lo estupendo es que existamos».