La escritora canadiense Linda Bailey cuenta la historia de una niña soñadora, que crea castillos en el aire, que disfruta leyendo y escribiendo y lo hace en un sitio curioso: junto a la tumba de su madre, la filósofa Mary Wollstonecraft. Esa niña es Mary Shelley, quien pasado el tiempo convertiría, a través de la escritura, sus sueños en una historia de fantasmas y en un monstruo que cobra vida: Frankenstein. Las palabras de Bailey y las bellas e impactantes ilustraciones que Júlia Sardà ha creado para la edición de Impedimenta –densas y narrativas– cuentan cómo fue y cómo se gestó la escritora a la que ese personaje, que surgió tras una noche de tormenta compartiendo relatos de miedo entre amigos cuando solo tenía dieciocho años, ha ensombrecido durante años.