Ahora que no funciona el Dragon Khan, podemos leer al rumano Mircea Cartarescu, que posee un mundo propio que nos arrastra y despeina. Aparece El cuerpo (Impedimenta), segunda parte de su trilogía Cegador , autoexploración psicológica, familiar y social en una Bucarest alucinada: seres lúbricos, gente sin sombra, niñas con alas de mariposa, sórdidos vigilantes, hombres-serpiente… Lean una página suelta, habrá valido la pena.