Volvemos a tener a todos los habitantes de Riselhome urdiendo conjuras, cotilleando y cuidando de sus respectivos jardines. La novedad es que Lucía, esnob insoportable y trepa profesional, decide tomar por asalto la buena sociedad londinense ante la estupefacta mirada de duquesas, artistas e intelectuales autóctonos. La gracia es que gran parte de esa buena sociedad, tan esnob como ella, escoge tomarse con mucho humor las tácticas arribistas de Lucía en lugar de criticar su plasta intromisión. Tan divertida como los libros anteriores, destaca de nuevo la fina ironía de E. F. Benson (dice Impedimenta que similar a la de Jane Austen) y su estupendo sentido del humor, aunque esta vez la galería de personajes pintorescos se amplia de manera genial. Pero si esperáis encontrar una pizca de verosimilitud con el Londres de la época, abandonad toda esperanza: Lucía en Londres es una divertidísima comedia con el nostálgico toque eduardiano que siempre caracteriza la prosa y los diálogos de E. F. Benson, pero la ambientación es mero decorado.