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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Alucinaciones aeroespaciales

Solaris es un planeta de una galaxia extraña como estos tiempos confiscados y tiene un mar que se apodera y sondea nuestras mentes

Fernando Savater dice que la literatura fantástica es un pleonasmo. A veces me gusta zambullirme en ella y sentir el tibio roce de mares como el de Solaris, un océano protoplasmático e inteligente situado en un planeta que fabuló el escritor polaco Stanisław Lem en 1961 con un sistema de dos soles que giran en una galaxia tan remota y extraña como estos tiempos confiscados. Solaris, que da nombre a una novela descabellada y bella, está suspendido en el espacio y envuelto en una especie de gasa invisible, casi con las mismas nubes bajas de ayer; nubes sin apenas textura que despidieron por la mañana un agua cruzada, azarosa y mansa que dejaba las calles humedecidas y grises como si las paredes añoraran hiedra y las piedras musgo.