Al hacer un repaso a la historia de la literatura infantil, vemos que las madres suelen situarse como facilitadoras, guías o en rara ocasión obstáculos en un período de crecimiento. Poco común es mostrarlas como la espina vertebral de una existencia porque no todo el mundo tiene el lujo de tener una relación tan íntima. La última recomendación trata precisamente de eso, de la historia de una artista cuya madre estuvo imbricada en su obra desde el principio y que será motor y motivo de toda su producción artística. Una obra con mil matices que podéis conocer mejor aquí y que será una maravillosa manera de pasar esta tarde de primavera.