Un hombre con atributos y Almas y cuerpos (editados antes del confinamiento por Impedimenta, con traducción de Mariano Peyrou) forman un delicadísimo y reflexivo díptico del sexo que descubre un nuevo perfil en David Lodge. Lodge, esta vez, no es el bromista de La caída del Museo Británico, sino un narrador melancólico que explica el dolor que causa el anhelo de amor y sexo en un grupo de estudiantes católicos en la época del concilio Vaticano II (Almas y cuerpos) y en un fauno incorregible (pero, en el fondo, inocente) llamado H.G. Wells (Un hombre con atributos).