Edurne Portela ha desarrollado la mayoría de su carrera profesional en el ámbito de las humanidades en Estados Unidos pero, desde hace unos años, se dedica por completo a la escritura. Además de colaborar con medios como El País o Radio Nacional de España, ha publicado dos novelas que han sido un éxito de crítica y público: Mejor ausencia y Formas de estar lejos. Para seguir leyendo cuando las hayamos terminado, nos recomendó El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Tîbuleac.
Aunque Portela nos advierte: «no se dejen engañar por el título. Este libro no es una novela amable sobre unas vacaciones de verano. Es la historia de una relación entre un hijo y su madre en la que hay mucho dolor y resentimiento», aunque también queda lugar para el amor, la comprensión, la empatía y el perdón. La autora afirma que engancha al lector desde la primera página, «tanto por su ritmo como por los diferentes misterios que se van desentrañando». Por lo tanto, al califica de novela adictiva, «que remueve por dentro y hace reflexionar sobre las relaciones maternofiliales desde una perspectiva inusitada».