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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Deakin llegó a obsesionarse con la idea de su viaje acuático, que fue tomando forma:“el agua empezó a acaparar, de manera aún más exclusiva, mis sueños. Nadar y soñar se estaban convirtiendo en algo indistinguible. Me fui convenciendo de que seguir el agua, fluir con ella, sería una buena forma de trascender la superficie y comprender mejor las cosas, de aprender algo nuevo. Puede que hasta aprendiese algo sobre mí”. Los escenarios de este experimento fueron múltiples: playas, arroyos, pantanos, estanques, lagos, piscinas rocosas… Todo le sirvió con tal de describir las islas británicas de una manera insólita y original.