Dejamos al lector solo frente a esa revelación maestra, donde Bilbao alcanza una de sus cimas como escritor y arquitecto de ficciones: unas páginas densas y certeras, ricas en imágenes, en que a través de una mise en abîme se trata de justificar el oficio de literato y cuanto él implica. Por todo ello, aunque no sólo, cabe recomendar Basilisco como el excelente producto que es: un nuevo paso adelante de un imprescindible de nuestras letras en el desbroce de su universo particular: aquel que el protagonista sin nombre del último de sus relatos emprende al adentrarse en la vieja cueva de su infancia, ignorante de los prodigios que le aguardan tras el barro, tras la noche, tras todas las formas de noche.