A los doce años se trasladó a vivir a la Via del Corno, calle que se convertiría en el personaje principal de una de sus más famosas novelas, Crónicas de pobres amantes (1947). En su juventud trabajó como vendedor ambulante, como camarero y como tipógrafo. Casi autodidacta, entró en el mundo de las letras gracias a su relación con Elio Vittorini, quien le consiguió un puesto en el periódico Il Bargello. Ávido lector, aprovechó su confinamiento en un hospital (sufrió de tuberculosis) entre 1935 y 1937 para leer compulsivamente a Dante, Alessandro Manzoni, Jack London, Charles Dickens, Mario Pratesi y Federigo Tozzi. En 1938 fundó, junto a Alfonso Gatto, la revista Campo di Marte, que fue cerrada por el gobierno fascista nueve meses después. En 1939 se trasladó a Roma, donde trabajó en el Ministerio de Educación. En 1941 se casó y publicó su primer libro, El mantel verde. En 1943 participó en la resistencia italiana contra la ocupación alemana bajo la identidad de Rodolfo Casati, experiencia que relató en Mi corazón en Puente Milvio. Tras la liberación se instaló en Milán, donde trabajó como periodista en La Settimana. También dio clases en el Istituto d’Arte. Después de la guerra se mudó a Nápoles, donde desarrolló una intensa actividad periodística como corresponsal de los periódicos Milano Sera y Paese Sera. En 1951 se trasladó a Roma, donde formó parte del neorrealismo cinematográfico italiano. Escribió más de veinte guiones. Entre ellos, los de las películas Rocco y sus hermanos (junto a Suso Cecchi d’Amico), de Luchino Visconti, y Paisá, de Roberto Rossellini. En 1954 y 1961, el director Valerio Zurlini filmó sus novelas Crónica familiar y Las muchachas de Sanfrediano. En 1964 fue nominado al Oscar por su guion de Cuatro días en Nápoles, de Nanni Loy. Mauro Bolognini filmó en 1970 su novela Metello, con guion de Suso Cecchi d’Amico y música de Ennio Morricone. Entre sus obras más importantes se cuentan: Crónica familiar (1947), Crónicas de pobres amantes (1947), Las muchachas de Sanfrediano (1948) y Metello (1955), novela por la que obtuvo el Premio Viareggio. Junto a Alberto Moravia, Italo Calvino, Elio Vittorini y Cesare Pavese, fue uno de los iniciadores del neorrealismo italiano. Vasco Pratolini murió en Roma en enero de 1991, a los setenta y siete años.
Obras del autor