Desde el próximo 25 de mayo y hasta el 10 de junio, Madrid alberga uno de los principales eventos literarios del año, la 77.ª edición de la Feria del Libro. Es el festival literario más importante del país, y una excusa excepcional para visitar la capital en el mejor momento del año. Hace calor, pero no demasiado, por lo que es un gustazo deambular por el Retiro, pasearse por las casetas, acudir a encuentros, tomar horchata en los chiringuitos o simplemente sentarse a descansar en un banco o tumbarse en la hierba; la mejor forma de recibir ese verano que ya se asoma y de disfrutar del aire libre antes de que lleguen los días de sol de justicia en los que hasta apetece hacer horas extras con tal de no pisar el asfalto recalentado.
Esta es una feria que dura diecisiete días y en la que tienen cabida 363 casetas de editoriales, libreros y asociaciones. Hay programadas 400 actividades en los diferentes espacios diseminados por el parque: el Pabellón Bankia de Actividades Culturales, el Pabellón de Rumanía, el Espacio Jóvenes Car2go, el Pabellón Infantil y la Biblioteca Eugenio Trías, situada en la antigua Casa de Fieras de El Retiro. Cada una de las casetas organiza su propio calendario de firmas, propiciando así, un año más, que los autores se reúnan con sus lectores. La programación, al igual que las firmas, se va actualizando diariamente en la página web de la Feria.
Rumanía es el país invitado en esta edición. El poeta, narrador y crítico literario Mircea Cărtărescu, –aprovecho para recomendar su novela Solenoide, formidable y colosal– es el autor elegido para inaugurar el certamen con la conferencia «La utopía de la lectura». También ha confirmado su presencia otra importante figura del panorama literario rumano, la poeta y ensayista Ana Blandiana. Es una de los más de 40 autores rumanos traducidos al español que estarán presentes junto a una docena de autores rumanos cuya obra no ha sido aún traducida a nuestro idioma. Bajo el lema «Historia por descubrir, historias por escribir», Rumanía trata de acercar la historia de su país a la del nuestro, demostrar que en su pasado hay mucho más que Vlad el Empalador, el príncipe que sirvió de inspiración para el personaje de Drácula. Merece la pena destacar también la mesa redonda «Araña, Mariposa y Solenoide», en la que Cărtărescu conversará sobre su obra con el periodista y escritor Andrés Ibáñez y con la traductora de sus obras al castellano, Marian Ochoa de Eribe (sábado 26 de mayo a las 19:15 h en el Pabellón Central).
Además de Cărtărescu y Blandiana, hay casi dos mil autores confirmados, entre ellos, Martínez de Pisón, James Rhodes, Marta Sanz, Paco Roca, Llucia Ramis, Luis Goytisolo, David Trueba, y, por supuesto, los superventas que seguramente serán los que más expectación causarán: María Dueñas, Javier Sierra y Fernando Aramburu.
Yo no soy muy fetichista de las firmas, es decir, a mí no me importa demasiado si tengo un libro firmado por su autor o no, el objeto en sí me da un poco igual, pero lo que sí me gusta es tener la oportunidad de conocer, aunque sea levemente, a quien ha escrito las líneas que más me han impresionado. Ver cómo es, cómo habla, y poder decirle que su obra me ha gustado mucho. Hará cinco o seis años, precisamente en una Feria del Libro de Madrid, me firmó Javier Marías un ejemplar de Travesía del horizonte, una de sus primeras novelas. A mí Marías me da miedo, me apasiona su prosa, pero él me inspira auténtico pavor. No sé de dónde saqué el valor para decirle: «Siento un leve pudor, estoy en situación de ventaja; sé muchas cosas de usted, pero usted de mí no sabe nada». Ignoro por qué hice ese comentario; precisamente a Marías, cuya lengua afilada me impone mucho más que respeto. Por suerte se rió y soltó un «Tiene usted razón»; cuando yo ya me esperaba alguna réplica chulesca y demoledora.
Para este año me he hecho mi lista de autores a los que quiero agradecer su trabajo: a Sabino Méndez por Corre, Rocker, a James Rhodes por Instrumental y Fugas, a David Trueba por Tierra de campos, a Marta Sanz por Clavícula, a Martínez de Pisón por tantos títulos, a Monika Baudišová y Jordi Trilla por Pikunikku, a Llucia Ramis por Las posesiones, a Mamen Moreu por Desastre, a Carmen y Laura Pacheco por Troll Corporation, a Esther Gili por El lenguaje de las olas, a Manuel Vilas por Ordesa. A todos ellos quiero acercarme para agradecerles los buenos ratos que he pasado con el fruto de su esfuerzo.
El que la feria dure diecisiete días en lugar de una semana o menos, como sucede en otras similares, le imprime un carácter único, más sosegado. Al fin y al cabo no te entra el estrés de tener que verlo todo enseguida, no vaya a ser que te pierdas algo importante. Que se realice en un entorno agradable, al aire libre, le añade un toque distendido y festivo. Los madrileños y los que hemos venido de fuera nos volcamos en este evento que es en realidad una fiesta, una celebración de la lectura. Aun así, esta es también una convención profesional e internacional, aquí también se firman contratos y se fichan autores, aunque los acuerdos se cuajen en el chiringuito o en las cenas, no en pabellones feriales como en Bolonia o Frankfurt.
El director del evento, Manuel Gil, lo define como “una feria inteligente, digital y sostenible, y con el visitante en el centro de la estrategia”, una fórmula a mi gusto bastante aséptica y poco natural de pregonar que «somos listos, vanguardistas, ecofriendly y nos importan las personas», pero me quedo con el mensaje, que al fin y al cabo muestra un compromiso hacia el planeta y el público, algo más que loable en estos tiempos de neoliberalismo salvaje. Ejemplo de ello es que en la Feria se llevará a cabo un ciclo titulado “Cultura sostenible: cambio climático, sostenibilidad y ecoedición” y se impartirán varias charlas de concienciación, me figuro que dirigidas más a editores que al público en general. Otro matiz importante, la Feria este año destaca el papel de la mujer en la literatura. El cartel, obra de Paula Bonet, es un homenaje a las mujeres escritoras como Sara Herrera Peralta, Chimamanda Ngozi, Gabriela Mistral, Emily Dickinson y Elena Medel, entre otras. Además, hay programadas charlas y mesas redondas alrededor de la mujer creadora, como «Escritoras que cambiaron el mundo», «Mujeres de historia y novela», «Mujeres en las literaturas rumana y española actuales» o «Escritoras rumanas de expresión española».
Me interesa particularmente «El cómic como medio de expresión en el siglo XXI», con Ana Oncina, Laura y Ana Pacheco, Anabel Colazo, Marina Borrás y Elisa McCausland, el domingo 10 de junio a las 19:00 h en el Espacio Car2go. En apoyo al movimiento Mujeres del Libro, se celebrarán tres mesas redondas sobre la presencia de las mujeres en el sector editorial para dar a conocer la situación de desigualdad en la que viven y trabajan. Un gran paso adelante.
Una actividad que me ha llamado la atención es «Te receto un libro»: los escritores conversarán con sus lectores para conocer sus gustos literarios y recomendarles lecturas afines a sus preferencias. Otra de las actividades más estimulantes y en las que queda más que demostrado el enfoque internacional de la feria son las jornadas «Iberoamérica, Mercado y Lectura», en las que ocho editoriales independientes centroamericanas mostrarán y venderán sus libros en las dos casetas de Centroamérica Edita.
Para los más transgresores, los amantes de lo oculto, los más malditos, La Felguera Editores y el Colegio Invisible organizan una ruta guiada, «con posibilidad de perderse para siempre» (sic), a través de la bohemia negra y de los misterios de El Retiro. Será el 2 de junio, 17:30 horas, a los pies del monumento del Ángel Caído. La actividad es gratuita, pero para poder asistir hay que hacerse con un salvoconducto en Swinton and Grant (C/ Miguel Servet, 21).
Entre las novedades que se presentan, estas componen mi selección personal; son las que recomiendo a quien todavía no las haya leído:
Filek de Ignacio Martínez de Pisón (Seix Barral)
La primera mano que sostuvo la mía de Maggie O’Farrell. Trad. Concha Cardeñoso (Libros del Asteroide)
Las posesiones de Llucia Ramis (Libros del Asteroide)
Denuncia inmediata de Jeffrey Eugenides. Trad. Jesús Zulaika (Anagrama)
Agua verde, cielo verde de Mavis Gallant. Trad. Miguel Ros González (Impedimenta)
Papá se ha ido de caza de Penelope Mortimer. Trad. Alicia Frieyro (Impedimenta)
Un verano Diabolik de Smolderen & Clérisse. Trad. Elisabeth Falomir (Norma Editorial)
Cuerpos sonoros de Julie Maroh. Trad. Fernando Ballesteros (Dibbuks)
Pantera de Brecht Evans. Trad. Maria Rossich (Astiberri)
Vives en las cintas que me grabaste de Rob Sheffield. Trad. Carles Andreu (Blackie Books)
Bowie de Maria Hesse y Fran Ruiz (Lumen)
¡Qué modernos fuimos en los 70! de Guillem Medina (Diábolo)
Sucios, grasientos, rebeldes. Una revolución greaser. Trad. Javier Lucini (La Felguera).
Son solo trece de las joyas aparecidas en lo que va de año. Espero durante esta feria descubrir muchas más. Aún no lo tengo en mis manos, pero muero por leer Cómo acabar con la contracultura, de Jordi Costa (Taurus). Sé que un año más voy a regresar a Barcelona agotada, cargada y feliz.
Por Rosa Martí para Esquire