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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, brillante Tatiana Țîbuleac

No resulta sencillo aportar algo nuevo de un libro premiado con justicia, bello y fiero a la par, de gran éxito y que deja huella en el lector. Me refiero a El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes de la escritora moldava Tatiana Țîbuleac y publicado por Impedimenta. Novela ampliamente galardonada, primera de la autora, cuenta entre sus principales méritos, que son muchos, con un lenguaje por momentos lírico junto a un estilo de narración en primera persona llevada a cabo por un personaje conflictivo, que se expresa de forma directa y llana; así, consigue aligerar el dramatismo que encierra la historia, sin convertirla en un texto oscuro. Este recurso conecta con el lector a pesar de que la violencia, la enfermedad, la muerte y los problemas psicológicos son temas siempre presentes.

Esta novela es una constelación, una explosión que se ramifica en numerosos tentáculos, que aborda multitud de cuestiones, con diferentes tuétanos narrativos, todo ello amarrado en su aparente sencillez. Una sencillez complicada que desarma al lector, lo rinde y lo gana para la causa de la reconciliación, no humana ni personal, sino una reconciliación con la literatura.

Reconozcámoslo: no somos los mismos antes y después de la lectura de este libro. Esa es la marca incuestionable de la verdad literaria que alberga en su interior, tan necesario alimento para estos tiempos complejos que corren y soportamos.

Tatiana Țîbuleac, también Impedimenta—por supuesto—, nos han lanzado un salvavidas de ojos verdes. ¡Agarradlo y flotad en su lectura!